Hasta hace no tan poco tiempo, en los años 90, del Helmántico más de una y más de dos veces se despedía a los árbitros de una forma peculiar. Míticas las almohadillas que como podréis ver no solo se empleaban para sentarse y disfrutar del partido, se convertían en auténticos proyectiles. Una imagen vale más que mil palabras.
Hoy en día esta
imagen en España es totalmente impensable y no nos queremos ni imaginar
la sanción que caería si ocurriese algo similar. Los tribuneros y gente
de preferencia eran auténticos hooligans y hubo veces que incluso el
trío arbitral tuvo que salir escoltado del campo porque una enfurecida
muchedumbre se quedaba a esperarlos para despedirles "como Dios manda".
Por eso decimos... tiempos pasados siempre fueron mejores.
Todo eso se acabó y la sociedad salmantina, como la española en general, se ha ido acomodando y aborregando pasando de todo olímpicamente y dejando que la Unión Deportiva Salamanca desapareciese, único caso mundial teniendo un estadio en propiedad.
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